9 sept 2012

Curioso Bidet


Curioso invento el bidet. Ya lo dijeron muchos antes que yo. Pero lo más curioso son ciertos seres que los habitan, además de pelos y hongos en algunos casos. La jornada laboral me dejó tan exhausta que ni ganas de ducharme me quedaban. Ahí en el bidet, comencé a lavarme unos bajos fondos algo trastabillados, con ese placer distraído que producen el agua caliente y el olor de la espuma de un gel elegido con capricho. Y cuando más abstraída estaba, quedó en mis dedos algo que me hizo levantarme despavorida, con un grito. ¿Qué era eso? ¿De dónde había salido? Si parecía un alevín de pez. ¿Pero cómo había llegado ahí? Ahí, ¿eh?, ahí. Puse un filtro en el desagüe para que no se colara y aclarar si lo había soñado. Y no, no era un sueño. Era una diminuta cría de pez, con el tubo neural en transparencia y algunas huevas blanquecinas y gelatinosas adosadas. Con gran temor, lo estudié desde varios ángulos. No había duda. Era un embrión de pez, pero además parecía tener formas de tiburón. Un tiburón en ciernes. Tan blando, tan frágil y ya con la forma amenazante de un hocico devastador. ¿Qué pintaba un tiburón en mis bajos? Era imposible que fuera un aborto escapado de mi propio cuerpo. Hasta donde mi memoria me alcanzaba, yo no recordaba haber tenido ningún affaire con ningún tiburón. Uno de los del mar, se comprende, que los de la calle siempre mienten. Me quedé perturbada, confundida, anonadada y más o menos turbada. Sólo podía haber llegado a través del agua. Así que, con mucho amor, por si acaso era cría mía, al agua lo devolví. Al desagüe del wc en este caso, junto con las pegajosas huevas que lo rodeaban. Le dediqué una poesía, pero se fue nadando y ni se inmutó. Hoy lloro amargamente por haber perdido la oportunidad de mi vida de salir en televisión.

1 comentario:

  1. No sé porqué, pero me da en la nariz, que ese tiburón no había salido por el grifo de agua caliente. Creo que has perdido la oportunidad de tu vida de dejar el trabajo, con lo bien que hubiese quedado el nuevo eslogan de "pezqueñines no".
    Un escurridizo beso

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