23 mar 2013

Peras con guisantes


Pues eso, que ya lo he dicho, que me he cambiado de desodorante para ver si las palabras no huyen de mí despavoridas y se avienen a formar significantes y significados legibles, gustables y paladeables.

Mientras tanto, me dedico a comer peras con guisantes en un nihilismo cerebral sin eco, porque las neuronas se me han ido de excursión al estómago y está difícil pensar sin emitir aires raros.

También ando en eso de reconvertirme en un ser social, mientras espero sin fumar, no es cuestión de empezar ahora que todo el mundo lo está dejando, mis vicios nunca han sido de este mundo, así que he vuelto a darme las mechas, a arreglarme las uñas y a usar la grúa para subirme en los zapatos de tacón, aprovechando que la dieta peraguisantera me ha dejado un aire de escultura de Giacometti.

Mira que insisto con intención e inquina, pero se me escapan los relatos como si fueran billetes de 500 euros a la puerta de un hogar de jubilados. No fraguan, no cuajan, no encajan, ni tan siquiera se quedan un ratito a conversar conmigo.

Huyen, mis palabras huyen, vuelan aviesas entre mi pelambrera un rato, descojonándose de mis delirios de escritora, y emigran a un limbo codificado del que no tengo descodificador, dejándome compungida como si me hubiera abandonado un novio cualquiera.

No les da la gana venir a buscarme ni en sueños, se han tomado una año sabático, que ya dura más de un año, y posiblemente estén coqueteando con algún informe pericial de algún juzgado o con los requiebros de algún tontaina que se la va a dar con queso a alguna princesa, o a lo mejor forman parte del discurso de algún prócer aún no procesado.

Voy a tener que hacerme unos implantes de peras y guisantes.


[Foto: Tomates de la Herencia en superficies pintadas, de Elena Ray para Shutterstock]

9 comentarios:

  1. Hass vuellto. ¿O no te habías ido?
    Qué gusto
    Ramón

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  2. Bueno, ya veo que aunque ellos no vengan, tú los puedes traer a rastras.

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  3. ¡Qué alegría! Se te había echado de menos por este rincón. Esa forma tuya de contar lo que ocurre a tu alrededor es muy gratificante para el día a día, asú que espero que haya continuidad y nos sigas deleitando con tus escritos.
    Un beso

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  4. No,si las que se habían ido eran ellas.

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  5. Mi querida Xris: siento decirte que soy yo la culpable de tu falta de inspiración. Te he robado todos tus musos. Ya se sabe que los musos son muy putos...

    Besos de ladrona sin arrepentir.

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  6. Estimadísima Señora María de las Coca sin Cola:

    De persistir en su empeño se va a comer usted ¡Un rábano en salsa!

    Afectísima suya q.b.s.m.y.s.p.
    Doña xirsstinah de las Angustias Infinitas

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  7. Visto Desde Atrás: últimamente no te veo ni de perfil.


    Querido ente anónimo, puedes pasar y empezar a arreglar los desarreglos fontaneriles o los cortocircuitos electricotromentosos, Tus amigos no te olvidan,... pero si das la jeta, mejor. :-P

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