
Impecune me quedé,
triste y habitabunda,
que no meditabunda,
ya que era una impecune.
Ameditabunda me quedé,
a la espera del pecunio,
buscando el garbanzo antes de junio
estornudando por los azahares abrileños,
llorando por los flatos
y por falta de zapatos.
Me fui a visitar merenderos
en vez de ir a ver escaparates,
competí con los hormigueros
y no precisamente por buscar aguacates.
Impecune me quedé,
triste, vacía y cavilabunda,
hasta que me topé con un banco,
como no me regalaron ni una enciclopedia
recurrí al método de la media.
Recuperé mi pecunio,
y saldré de la cárcel, con derecho al paro,
antes de junio.
triste y habitabunda,
que no meditabunda,
ya que era una impecune.
Ameditabunda me quedé,
a la espera del pecunio,
buscando el garbanzo antes de junio
estornudando por los azahares abrileños,
llorando por los flatos
y por falta de zapatos.
Me fui a visitar merenderos
en vez de ir a ver escaparates,
competí con los hormigueros
y no precisamente por buscar aguacates.
Impecune me quedé,
triste, vacía y cavilabunda,
hasta que me topé con un banco,
como no me regalaron ni una enciclopedia
recurrí al método de la media.
Recuperé mi pecunio,
y saldré de la cárcel, con derecho al paro,
antes de junio.
Hizo usted lo que yo estaba pensando. Si es que más vale actuar...
ResponderEliminarEsto de la crisis fomenta sobremanera la creación literaria.
ResponderEliminarDel déficit presupuestario a la poesía, un paso.